Parque Nacional Bako, la gran selva de Borneo

El Parque Nacional Bako es el único parque nacional de todos los que hay en el Borneo malayo que elegimos para visitar. Es el lugar ideal para escaparse un poco del cemento y de la vida urbana y entregarse de lleno a la naturaleza, al aire puro y a la tranquilidad absoluta.

Establecido en el año 1957, es el parque nacional más antiguo de Borneo y aquí cohabitan muchísimas especies de flora y fauna, algo que se puede ver fácilmente con solo caminar un poco alrededor del parque. Selva, playas, cascadas y senderos que te invitan a relacionarte con la naturaleza al extremo.

Justamente, el Parque Nacional Bako es ideal para hacer muchos trekking, por lo que es recomendado ir con ropa fresca y cómoda para caminar, además de repelente para los mosquitos, protector solar y, sobre todo, mucha agua. No importa cómo esté el tiempo, si hay algo seguro es que una vez que empieces a andar el calor lo vas a sentir (y mucho) así que lo mejor es estar bien preparado.

La realidad es que nosotros no tenemos mucha ropa de trekking, así que Nico terminó caminándose todo el parque en alpargatas, algo que no es ideal no solo por la incomodidad sino porque el terreno es muy resbaladizo – lo bueno es que terminó comprándose una parte del parque, así que ya tenemos donde vivir en Malasia :lol: -.

El parque tiene aproximadamente 18 recorridos posibles, aunque en el momento que nosotros fuimos una gran parte del parque estaba cerrada por mantenimiento por lo que solo se podía acceder a 10. Cómo elegirlos es cuestión de las ganas que tengas de caminar, pero también de tu entrenamiento. Los trekking más cortos son de 30 minutos por trayecto, pero no son los que más valen la pena. Nosotros hicimos cuatro y solo uno fue cortito, así que pueden imaginarse como quedarnos nuestras piernas, pero la verdad es que lo vale.

Para mí, el Parque Nacional Bako significaba la posibilidad de ver a los monos proboscis, o monos narigudos entre amigos. Cuando llegamos al parque nos dijeron que los mejores horarios eran por la tardecita o por la mañana bien temprano, así que apenas empezó a caer el sol nos fuimos a caminar por la playa para encontrarlos. Vimos uno, subido bien arriba de un árbol y yo ya me quedé contenta. Pero obvio, no me iba a conformar con eso. Al otro día, nos levantamos antes de las 6 de la mañana y salimos a hacer uno de los trekkings donde nos aseguraron que los monos aparecían con frecuencia. Por suerte, no nos decepcionaron y mientras caminábamos dos de estos animalitos empezaron a saltar de rama en rama como si estuvieran jugando a la mancha.

Los monos proboscis no son como los de cola larga que están por todos lados en el Sudeste Asiático. Son habitantes originarios de Borneo y no están acostumbrados a relacionarse con el hombre, por lo que suelen estar escondidos entre los árboles y es muy raro que puedas verlos bien bien de cerca (por eso es que no tenemos fotos, pero sí el mejor recuerdo de ellos).

Cómo ir al Parque Nacional Bako

Para llegar al parque desde Kuching tenemos que tomarnos el bus número 1 (de color rojo) que sale desde la terminal de buses a una cuadra de la mezquita (está en paralelo a la parada de los buses que nos tomamos para ir a Semenggoh). El boleto tiene un valor de 3,5 ringgits y el viaje dura aproximadamente una hora.

Una vez que llegamos al puerto (parada terminal del bus) tenemos que comprar el ticket de la entrada al parque (20 ringgits) y el ticket de la lancha. Anteriormente, podías ir temprano y sumarte a otros viajeros para abaratar el costo del barco que tenía un precio determinado sin importar si llevaba a una o seis personas. Ahora, las cosas cambiaron y el pasaje tiene un valor de 20 ringgits por trayecto (la vuelta se compra directamente en el parque) por persona.

Se puede visitar el Parque Nacional Bako solo por el día, pero sin duda, aconsejamos quedarse a pasar por lo menos una noche para poder disfrutar mejor del lugar y los trekkings. Al contrario de lo que muchos pueden pensar, dormir en el parque es super barato y tenes bastantes opciones.

Nosotros pagamos 15 ringgits (menos de 4 dólares) cada uno por una habitación para cuatro personas con ventilador. Cuando llegamos pensamos que íbamos a pasar una noche bastante calurosa, pero la verdad es que dormimos de lo mejor (¡y yo hasta tuve frío!). El baño es compartido y también hay una heladera donde podes dejar comida o agua. Eso sí, tenes que tener cuidado y mantener la puerta cerrada siempre porque nadie te garantiza que los monos no vayan en busca de tus provisiones.

Si queres opciones más privadas también podes reservar una habitación doble desde 50 ringgits la noche, habitaciones cuádruples y familiares desde 100.

Para dormir en el parque es necesario reservar con anticipación porque los lugares suelen agotarse muy rápido. Hay gente que reserva varios meses antes pero a nosotros nos bastaron apenas unos días (reservamos del viernes para el martes). Para hacer la reserva se puede ir al Sarawak Visitor Centre en Kuching y hacerlo personalmente o ingresar a www.sarawakforestry.com

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