E de Encontrar(me)

Para mí, viajar es mucho más que la posibilidad de conocer el mundo, personas increíbles, tener experiencias inolvidables, aprender a cada paso o cumplir un sueño. Yo encuentro el viajar como un sinónimo de encontrarme. Todavía me acuerdo de la primera vez que viajé sola o, mejor dicho, los meses y días previos a ese viaje. No me asustaba no conocer a nadie ni saber con qué me iba a encontrar en el camino, lo único que me preocupaba era saber cómo iba a hacer para llevarme bien conmigo misma.

Es que viajar es un modo de enfrentarnos a nosotros mismos y al mismo tiempo de ser nuestros mejores amigos. Nos muestra los límites y nos pone a prueba constantemente, nos enseña a conocernos, a respetarnos, a querernos y a encontrarnos con nuestro yo verdadero que muchas veces queda opacado por lo que el resto espera de nosotros, por las rutinas que muchas veces no elegimos pero que forman parte de nuestra vida y por lo que se supone que “está bien” socialmente hablando.

Encontrarme es una de las cosas más hermosas que me dio el viajar. No puedo decir que antes de eso no me conocía, no sabía quien era o qué cosas me hacían más o menos feliz, pero sí es verdad que viajando aprendí muchas cosas de mí que antes permanecían escondidas o que, quizás. quien sabe, me daba “miedo” demostrar. Porque, convengamos, que esta vida de nómade que elegí no es de lo más común y, quienes no entienden lo que me lleva a moverme de un lado al otro, a no poder estar quieta, posiblemente me vean como una loca, una irresponsable, una inmadura y vaya uno a saber que otras tantas cosas más.

Pero la verdad es que no me importa. Cuando me encontré conmigo misma, cuando me miré de frente y a los ojos, cara a cara sin nadie más alrededor, fue cuando entendí que la vida sólo tiene sentido si hacemos las cosas que nos hacen felices, que nos llenan el alma, que nos completan y nos permiten seguir soñando, aprender, crecer y seguir conociéndonos día a día. Y a mí viajar me hace feliz, me llena, me completa, me hace entender que los sueños sí son posibles de realizar, me permite conectarme con gente y con culturas que me enseñan a cada paso y me deja estar conmigo misma de una manera sincera, honesta, real.

Pero tenemos que estar preparados para esa realidad, porque muchas veces podemos encontrarnos con cosas que no son precisamente de nuestro agrado. Me acuerdo cuando llegué a Roma por primera vez. Me sentí mal, ahogada, espantada. El carácter de los italianos, su forma de hablar a los gritos y con tonos de voz de enojo constante me deprimieron, me hicieron verme multiplicada por todos lados. Roma entera estaba poblada con lo peor de mi personalidad y lo odié. Lo odié mucho y lo amé más. Si lo pienso fríamente, esa debe ser la razón por la que esa ciudad tiene un efecto tan potente en mí, porque me permitió ver cosas de mí que si bien no me gustan, forman parte de quien soy y aceptarnos tal cual somos es el primer paso para respetarnos, para querernos, para encontrarnos.

Hoy, estoy viviendo estos días previos a este nuevo viaje de esta manera. Cada cosa que me pasa, que siento, la quiero vivir como un aprendizaje y como una manera de encontrarme conmigo, con las cosas que me afectan y con las que no y así, seguir conociéndome, aceptándome, respetándome. Sé que Australia va a significar mucho más que los viajes anteriores por todo lo que éste implica. Una nueva vida, una nueva forma de viajar, una compañía y una larga lista de cosas que son totalmente distintas para mí, pero que estoy segura me van a permitir seguir acercándome y conectándome cada vez más conmigo misma.

Este video es el tercer capítulo del documental “The Real Me” (pueden verlo completo acá) y como tiene mucho que ver con esto de encontrarse, me gustó la idea de compartirlo.

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